Père Émilien Tardif
Padre Emiliano Tardif

Viajero de Dios

Siguiendo los pasos del Padre Emiliano

 
       Por: María A. Sangiovanni


 Parroqia de St-Zacharie

Salimos en el auto desde la ciudad de Saint Georges, Québec, por una moderna autopista, hacia el extremo noroeste de la Provincia de Québec, rumbo hacia Rapide Danseur, situada en la remota región de Abitibi, lugar a donde en julio de 1940 emigró la Familia Tardif. Aquellas tierras tan lejanas eran ofrecidas, en esos años, por el Gobierno Canadiense a familias numerosas que quisieran colonizarlas. El trayecto nos tomó unas catorce horas a través de una carretera desolada, que recorría un interminable bosque de pinos, con apenas una que otra estación de gasolina en la que podíamos parar a descansar un poco tras largas horas de viaje, comer alguna cosa y reponer el tanque del auto. Por años, yo había tenido una gran ilusión de hacer este trayecto, que un día hicieron en tren Don Leonidas Tardif y Doña Ana Larochelle, padres de nuestro querido Padre Emiliano, junto a sus hijos. Junto a ellos llevaban todas sus pertenencias para comenzar una nueva vida como granjeros.  Una familia de colonizadores En ese entonces Emiliano tenía 12 años y un tiempo antes de emprender el viaje, en la Parroquia del pueblo donde había nacido, St. Zacharie, había escuchado con emoción a aquel misionero Dominico que partía para Japón y que con ardor se despedía rumbo a la Misión. Fue en aquel momento que el niño se dijo emocionado: “¡Algún día yo también seré misionero!”.

La familia llegó y se alojó con unos parientes de Doña Anna, mientras se terminaba de construir la primera casa en donde vivieron por un tiempo. Esta sería sustituida por una segunda casa, ya que el padre, Don Leonidas Tardif quería que la familia estuviera más cercana a la Parroquia de San Bruno y de la escuela, a dos kilómetros de distancia que recorrían diariamente caminando, ya fuera en verano o en el crudo invierno. Ambas edificaciones estaban situadas a la orilla del río. No puedo describirles la emoción que vivimos el P. Dumas, Roberto y yo, a medida que recorríamos los campos y nos acercábamos por la carretera de tierra, acompañados de Sor Adrienne Tardif, religiosa de Notre Dame Auxilliatrice, y el P. Ives Rancourt que nos acompañó durante todo el viaje.

La casa de la familia Tardi en Beauce , St-ZacharieLa Iglesia de St-Zacharie antes 1960 La iglesia actual

Padre Groleau, O.P. En la Parroquia del pueblo donde nació, San Zacharie, el futuro Padre Emiliano había escuchado con emoción a aquel mZachrieaisionero Dominico que partía para Japón y que con ardor se despedía rumbo a la Misión. Fue en aquel momento que el niño se dijo emocionado: “¡Algún día yo también seré misionero!” La foto se encuentra en la Iglesia de St-Zacharie.
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Padre Gabielle Groleau , missionnaire au Japon

Rapide Danseur

La Parroquia San Bruno Al doblar un recodo, frente a nosotros, se alzaba preciosa, toda hecha de piedras tomadas del mismo lugar, junto al río, la Iglesia de San Bruno. Ahí fuimos recibidos cariñosamente por Adrien, hermano del P. Emiliano, al igual que Sor Adrienne. Debo decir que es siempre un impacto emocional encontrarse con este hermano que, en sus gestos, en el movimiento de sus dedos, su forma de hablar, su físico... ¡es tan parecido al P. Emiliano! Entramos con reverencia a la Iglesia. Ella, “toda en bloque, sólida, situada coquetamente sobre una loma, cerca del río, ¡cómo representa la imagen del paisaje! Está hecha de hermosas piedras redondas, lisas, piedras de arena”. El párroco Don Augusto Dion, quiso que los parroquianos la construyeran con sus propias manos con maderas y piedras recogidas de los alrededores.Adrien, acercándose a las piedras y tocándolas con cariño dijo: “Emiliano y yo trabajamos haciendo esta iglesia”.También nos acercamos nosotros y las tocamos con cariño.
Transcribo lo publicado en el periódico «La Voz Nacional» en marzo de 1956 para poder entender un poco el lugar: “El río Duparquet, desembocadura del lago del mismo nombre, se vierte sobre el lago Abitibi situado un poco más al norte; en su curso, se encoge, coge velocidad, e impetuoso, casi con cólera, choca contra las rocas con las olas de su agua. Estos son los rápidos, los rápidos que ‘danzan’. ¡EsRapide-Danseur!”
 
La iglesia de San Bruno, Rapide-Danseur. El 12 de agosto de 1985, la Iglesia - que ya no tienepárrocofue declaradaun“luga histórico”.

La casa de familia Tardi en Abitibi . Rapide DanseurLa iglesia de San Bruno, Rapide-Danseur

 

Allí se ordenó el padre Emiliano Pudimos ver que tienen dos grandes fotografías de la ordenación del padre, y nos informaron que él ha sido el único sacerdote que se ha ordenado en toda la historia de la Parroquia San Bruno. El Obispo tuvo la cortesía de permitirnos celebrar la Misa, la cual presidió el P. Andrés Dumas. A pesar de que la iglesia permanece cerrada para el culto por la falta de un sacerdote y sólo es usada como Museo y Patrimonio Nacional para visitas turísticas, ese día junto amuchos de los sobrinos del padre y viejos amigos que vinieron de los pueblos cercanos, reunidas unas 120 personas,adoramos a Jesús, presente en la Santa Eucaristía y dimos gracias a Dios por habernos regalado a este hijo sacerdote, que con su vocación misionera bendijo a nuestra tierra dominicana y al mundo.

En San Bruno, Rapide-Danseur pudimos ver expuesta, delante del altar lablanca casulla con que el padre Emilianse ordenó. La habían puesto allí comouna cortesía hacia nosotros. Fueemocionante el tocarla con cariño y añoranza. El Padre Emiliano fue ordenado sacerdote por la imposición de las manos de Monseñor Desmarais, Obispo de Amos, el 24 de junio 1955 en la iglesia de San Bruno,Rapide-Danseur. El ha sido el único sacerdoteconsagrado en esta iglesia.


La Vieja Granja Familiar Puedo decirles que fue un momento de gran emoción para nosotros al estar junto a los familiares, sabiendo que en aquella Iglesia había comenzado esa historia sacerdotal que ha recorrido el mundo. Luego asistimos con todos ellos a compartir en la granja que todavía permanece habitada por la familia de Philipe, que era el hermano mayor. Muy lindo compartir con los hermanos, sobrinos, nietos. Seguir conociendo a “nuestra familia” y gozarnos mutuamente de la compañía de unos y otros, compartiendo historias y anécdotas familiares. Encontramos muy bien conservada la casa, sólidamente construida, rodeada de los olorosos cipreses con sus troncos vetustos, a los que Adrien recuerda haber sembrado junto a su padre... ver la tierra en cultivo, los hangares, el establo, las trilladoras, el tractor mecánico moderno, las palas y los rastrillos. Después de recorrer estos lugares, se nota que,por lo lejanos que se encuentran de las grandes ciudades, todavía son tierra de colonización. Imagínense que aún ahora sólo viven unas 320 personas.
Adrien Tardif y Sor Adrienne Tardif, Ella es religiosa de Notre Dame Auxilliatrice

Una familia santa Para dirigirnos al cementerio, retomamos la carreterita de tierra y tras recorrer unos cinco kilómetros, entre los campos sembrados y los pinares, encontramos un pequeño solar con su verjita y una puerta de acceso, en donde habrían en fila unas 120 lápidas pequeñas, todas muy sencillas, con sus nombres respectivos. Ahí leímos “Anna”, “Leonidas”, “Philipe Tardif”. ¡Todo tan sencillo, tan humilde!... Y mientras rezábamos juntos y me corrían las lágrimas, yo pensaba: “En esta pequeñez, en este espíritu de pobreza y sencillez están las raíces de un hombre santo”. Pensaba en este hombre, Emiliano Tardif, cuyo nombre ha sido pronunciado por millones de personas, requerido su ministerio por millares, conocido en innumerables lugares, con una fama que traspasa las fronteras... y, sin embargo, yo estaba aquí, en este lugar, de frente a esta sencillez de sus orígenes. En aquel pequeño cementerio recordé algo que me he dicho a mí misma muchas veces a medida que voy conociendo la vida del padre y a su familia y de lo cual estoy convencida: “Un sacerdote santo sale de una familia santa”. Fue en ese ambiente de colonizadores, trabajadores de la tierra, familia unida alrededor de la fe, aprendiendo los hijos del sacrificio y del amor de los padres, que el padre Tardif vio pasar sus primeros años. Fue en estos lugares adonde los padres fueron formando las almas de estos niños, haciéndolos educados, gentiles y buenos. Allí junto a esas tumbas, una vez más en el silencio de mi interior tuve que decir: “¡Gracias, familia Tardif Larochelle por habernos regalado un hijo que fue y que sigue siéndolo, una verdadera bendición para nosotros y para toda la Iglesia del mundo!” Junto a Adrien visitamos con reverencia el lugar del río adonde, al tratar de cruzarlo en una pequeña barca tres de sus hermanas y volcarse, Aurelia, tras ayudar a salir a las demás hermanas, murió ahogada.

Allí, el hermano, como si lo volviera a vivir al contárnoslo, se lequebró la voz y lloró la tragedia familiar. ¡ Cuántas veces escuchamos a Emiliano contar la misma historia! Ahora estábamos en el mismito lugar, viviéndola junto a la familia. Adrien refería emocionado: “Aurelia era laesperanza de mis padres. Había estudiado para ser maestra. Ella iba abuscar trabajo cuando cruzaba el río y con ese dinero la familia pagaría los estudios de Emilien en el Seminario...pero aquí murió ahogada... Al otro día fui al correo... y vimos que... ¡había llegado su diploma!”. Al decir esto Adrien calló sin poder seguir la historia. Luego nos pidió que lo acompañáramos a visitar las tumbas de la familia. Y ¿saben qué, hermanos? Esa visita al pequeño cementerio me tocó profundamente y me hizo reflexionar mucho.

Rose, la hermana de Emiliano Emiliano vivió muy poco en Abitibi porque casi en seguida se fue al Seminario. Es por eso que el siempre decía que Rose era como su mamá porque generalmente las salidas eran a la casa de ella y Paul Remy Paquet, en St.Côme (la finca que visitamos con el grupo juntoal río). Ella tampoco se fue a vivir a Abitibi, porque tenía amores con Paul, y él pensó que la iba a perder y le pidió matrimonio. Por eso no hizo el viaje con la familia, y no visitó mucho. Me dijo ahora, riéndose, que no le gustaban los mosquitos!!!

Abitibi se encuentra a unos 500 kilómetros de la ciudad de Montreal, en el noroeste de la provincia de Québec, Canadá. Es una región de pocos habitantes, poblado más bien por un bosque interminable de pinos, intercalado de vez en cuando por ríos y lagos. Fue incorporado en la provincia de Québec en 1898. Desde entonces el gobierno ha motivado su colonización con el desarrollo de las industrias de agricultura y minería. Las primeras familias se asentaron en Rapide-Danseur en 1932. El pueblo toma su nombre de la traducción de la palabra «Opacitcicimosik» de la lengua “Algonquin” de los indios. Significa: “Un lugar donde pararse para danzar y estirarse”. El primer párroco, Padre Charles- Auguste Dion, llegó el 4 de noviembre, 1939. La familia Tardif llegó a Rapide- Danseur en1940. El padre, Don Leónidas, fue en mayo con el hijo mayor Philippe para construir la casa, y dos meses después siguieron los demás, o sea julio. A la vez, en 1940 el pueblo de Rapide-Danseur empezó a construir su iglesia. El Padre Dion dibujaba los planos arquitectónicos y organizó a los parroquianos. Adrien Tardif recuerda como él y su hermano Emilien, junto a todos los demás hermanos ayudaron en la construcción, cargando las piedras. Trabajando por turnos, el pueblo entero colaboró con el corte de 1,002 troncos, traídos por barco, y la recogida de 950 yardas cúbicas de piedra de campo y 550 yardas cúbicas de arena para rellenar entre las piedras. En septiembre del año 1941 el joven Emilien Tardif marchó a la ciudad de Québec para estudiar en el Seminario Misionero de los Misioneros del Sagrado Corazón. La primera misa se celebró en la iglesia de San Bruno en 1951. El Padre Emiliano fue ordenado sacerdote por la imposición de las manos de Monseñor Desmarais, Obispo de Amos, el 24 de junio 1955 en la parroquia de Rapide-Danseur. El ha sido el único sacerdote consagrado en esta iglesia. El 12 de agosto, 1985, la Iglesia – que ya no tiene párroco - fue declarada un“lugar histórico”.

 

       ADRIENNE TARDIF AVEC DES NEVEUX                      ROSE TARDIF CON ROSE CATUDALE     ROSE TARDIF CON  CARMEN JOSEPHINA Y LOS AMICOA DE PADRE EMILIANO TARD

Programmation: Patrick Allaire, ptre
Cartes de souhaits